Autor: Max. 13 años. 2º SEC. Tepic. NAYARIT.
Hace unos días entrevisté al señor Javier Ávila (que es mi papá), quien me contó algo que me dejó impresionado: ¡una vez se encontró con La Siguanaba, si! Con esa misma que dicen que es una mujer con cara de caballo! Aquí les comparto todo lo que me platicó.
Primero le pregunté cuándo fue la primera vez que escuchó esa leyenda, y me dijo que de niño cuando tenía apenas 7 años. Vivía en un lugar llamado El Tizate, en Nayarit al que sigue llendo todas las semanas pues tiene vacas ahí en el potrero.
Desde que iba en la escuela primaria José Maria Morelos y Pavón, durante el recreo junto con los compañeros se reunían a contar historias de miedo, y una de las más famosas era la de una mujer que se aparecía por la carretera, justo entre el panteón del pueblo y los canales de riego para los cultivos. Según contaban, tenía cuerpo de mujer pero cara de caballo, y aparecía a medianoche.
Él me explicó que eran los adultos de las familias quienes contaban la historia, y que todos conocían a alguien que decía haberla visto. Me compartió el caso del señor Leobardo Pérez (que falleció hace 15 años) era abuelo de su amigo, que juraba haberla seguido una noche. En la tarde se sentaban en la banqueta bajo el árbol de almendras para que les narrara cuando el iba caminando desde un pueblo cercano, Valle Lerma, después de unos tragos con sus compadres, y al llegar al canal vio a una mujer de espaldas. La siguió por curiosidad hasta meterse entre los arbustos, pero al acercarse, ella volteó… ¡y tenía rostro de caballo! Don Leobardo gritó y corrió entre las espinas hasta su casa. Se asustó tanto que no salió de noche por varios días.
Archivo iconográfico DGME-SEB-SEP
"Camino por el que don Leobardo siguió a la mujer con cara de caballo que se le apareció.
Estos son los canales de riego para los cultivos que les conté en el escrito de la entrevista."
Después le pregunté si él sabía de dónde venía esa leyenda. Me dijo que no exactamente, pero que yo, su hijo, le había contado que la Siguanaba también aparece en otros países de Centroamérica, y en varios estados de nuestro país, México. Eso me dio mucha emoción, porque investigué después de que me contó la historia.
Entonces me atreví a hacerle la pregunta más importante:
—¿Es verdad que tú también la viste?
Archivo iconográfico DGME-SEB-SEP
Él me dijo que sí. Entonces me platicó que fue una noche, después de salir de un jaripeo baile en el poblado de El Jicote. Venía solo, manejando una camioneta, y eran como las dos de la mañana. Todo iba bien… hasta que al pasar por los canales y el panteón de su pueblo, vio a una mujer caminando por la orilla del camino. Era muy blanca, y parecía iluminada como si fuera la luz de foco. Cuando se acercó, notó que no tocaba el suelo, estaba flotando. Tenía una ropa como de sábanas blancas y una cara amarilla muy pálida, con boca roja y rostro alargado… ¡como de caballo!
Dijo que sintió muchísimo miedo, que no se detuvo, y que aceleró lo más rápido que pudo para llegar a casa. Esa noche no pudo decir nada, se quedó pensando en lo que había visto. Después se lo contó a su familia, y años más tarde su mamá le informó de una señora amiga de ella que había vivido algo parecido mientras pasaba por ahí con su esposo a media noche cuando se trasladaban a la ciudad de Tepic.
La cegua, alexanieart/deviantart.com
Le pregunté si creía que lo que vio era real o si pensaba que pudo haber sido otra cosa. Me respondió muy seguro: —Fue 100% real. Eso le confirmó lo que escuchaba y muchos en su infancia decían.
También me explicó por qué cree que La Siguanaba solo se aparece a ciertas personas, por ejemplo a quienes andan de madrugada o de parranda. Y piensa que no debemos andar a deshoras de la noche, que es mejor descansar, que evitemos lugares solitarios y debemos alejarnos de los vicios, además cree que la historia nos alerta sobre los peligros que hay si no nos cuidamos.
Archivo iconográfico DGME-SEB-SEP
Luego le pregunté si le gustaría que esta leyenda siguiera contándose, y me dijo que sí, porque es parte de la cultura de México y no se debe olvidar. Es algo que pertenece a su comunidad y que debe pasarse a las nuevas generaciones.
Al final, hablamos de nosotros dos. Yo soy su hijo y desde hace tiempo me encanta preguntarle por leyendas antes de dormir. Él me contó que eso lo emocionó mucho, porque de niño también le gustaban. Contar leyendas se convirtió en algo especial entre nosotros. Después de escuchar sus relatos, yo me puse a investigar, y un día encontré imágenes en internet de "La Siguanaba". Cuando se las mostré, se sorprendió, porque una era igualita a lo que él había visto aquella noche. Fue así como juntos descubrimos el nombre de esa experiencia tenebrosa de su juventud.
"Esta es la versión animada que yo mismo hice en la aplicación de FlipaClip a 3 capas porque como ya les conté yo quisiera ser animador digital (no de fiestas) cuando sea adulto."
"Quiero agradecerle a mi papá Javier Ávila por compartirme su historia. Y ahora yo también la comparto con ustedes para que no se pierda esta leyenda."
"Aquí estamos mi papá Javier Avila y yo en el lugar donde el vio a la mujer con cara de caballo. Al fondo se puede ver que esta el panteón."
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