Ser hermana mayor

Un día me llegó una noticia muy triste, mi mamá tenía amenaza de aborto y mi hermanito podía morir, yo me la llevaba triste pero lo único que pensaba era: "Mi hermanito va a vivir, mi hermanito va a vivir, mi hermanito va a vivir" y así fue como poco a poco le fue creciendo su pancita tan bonita a mi mamá.

Y yo cada día le hacía preguntas sobre mi hermanito y entrenaba con mi muñeca como ser una hermana mayor, cada día le decía a mi mamá "ven mami para darte un besito en tu pancita tan bonita" hasta que un día nos enteramos que era un hombre. Sentía que mi corazón se partía, pero no de tristeza ni de ira, sino que, de alegría, le decía "hola hermanito" y aunque no tenía todavía nombre yo seguía imaginándome cómo se llamaría, hasta que se me ocurrió que si era niña se llamaría Roberta y si era niño Roberto.

Yo le cantaba a mi hermanito en su pancita todos los días, me imaginaba que un día estaríamos jugando con las muñecas y con sus pequeñas cosas de bebé, que algún día dormiría en mi cama por primera vez. Hasta que un día nació mi hermoso y tierno hermanito, solo que había la peor noticia del mundo, se me partía el corazón al escuchar que mi hermano todavía no podía venir porque estaba muy malo, le tenían que pasar oxígeno y estaba en una cápsula que mi mamá me había dicho.

Y aparte que por lo débil que estaba podía morir, pero después de esos ocho días todos esos pensamientos malos cambiaron a ser buenos porque estaba en mi casa esperando que un día saliera mi mamá con un bebé en los brazos en vez de salir llorando sin nadie, y le rezábamos a dios y después del último día llegó mi mamá, mi corazón se partió, no de miedo, no de alegría, no de ira, sino que de curiosidad y cuando abrí la puerta, vi a alguien que no era de otra casa sino de la mía, y era mi hermanito José Roberto y venia en los brazos de mamá, era tan chiquito, tan bonito y ese niño bonito chiquito no era de otra familia sino de la mía.