Hoy en día pasamos mucho tiempo conectados a internet: jugamos en línea, chateamos, vemos videos y compartimos cosas en redes sociales. Internet puede ser un espacio divertido y útil, pero también hay riesgos que debemos conocer. Uno de esos riesgos se llama grooming.
Desafortunadamente no existe en español una palabra corta para el anglicismo grooming, (del verbo to groom, que alude a conductas de acercamiento o preparación para un determinado fin), por lo que también lo podemos llamar engaño pederasta.
El engaño pederasta ocurre cuando una persona ADULTA se hace pasar por alguien de tu edad para engañarte. Esa persona puede mandarte mensajes "amigables", decirte cumplidos o mostrar mucho interés en tu vida, con la intención de ganar tu confianza y que bajes la guardia. Su objetivo no es ser tu amigo de verdad, sino aprovecharse de ti.
Engaño, licencia CC0/Freepik.com
Confianza, licencia CC0/Freepik.com
El problema del grooming es que se basa en algo muy poderoso: la confianza. Cuando confías en alguien, le cuentas cosas privadas, aceptas lo que te pide o incluso le mandas fotos personales. El adulto que hace grooming suele empezar con pláticas inocentes, pero poco a poco va pidiendo más y más, hasta llegar a situaciones muy incómodas y dañinas.
Un adulto que hace grooming puede:
Si algo de esto pasa, es una señal de alarma.
Internet no es un enemigo: es una herramienta. Pero como cualquier herramienta, necesita reglas. Para protegerte del grooming:
Enemigo, licencia CC0/Freepik.com
Precaución, licencia CC0/Freepik.com
El acoso pederasta no solo es un problema individual, es social. Significa que existen adultos que usan el poder de la tecnología para hacer daño a las infancias. Por eso, además de cuidarnos, es importante hablar del tema, educar y exigir a las plataformas de internet que tengan mejores sistemas de seguridad.
El grooming nos recuerda que no todo lo que brilla en internet es oro. Podemos disfrutar de las redes, los videojuegos y los chats, pero siempre con una mirada crítica. Si aprendemos a identificar el engaño y a pedir ayuda, rompemos el silencio que los adultos pederastas necesitan para actuar. Hablar, confiar y cuidarnos entre todes es la mejor defensa.
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