Celebrando, licencia CC0/Rawpixel.com
Los antiguos griegos (hace unos 2500 años) ofrecían pasteles redondos a Artemisa, diosa de la Luna, para representar su forma y brillo.
El pastel simbolizaba la Luna y las velas los rayos de luz. Aunque no era para un cumpleaños, esta costumbre de se empezó a usar en esa época.
Crónica del Concilio, Pastelero y Puesto de Ventas,1464, fol. 23r, Ulrich Richental
Los romanos (hace unos 2000 años) fueron de los primeros en celebrar el cumpleaños de una persona con un pastel.
Al principio, solo los hombres libres tenían derecho a festejar su cumpleaños. Las mujeres y los esclavos no lo podían hacer.
Organizaban un banquete especial, en el que había una especie de pastel hecho con harina, miel, queso y frutos secos. No era como los pasteles de ahora, pero para ellos era un manjar dulce.
Escena de mosaico romano
Una fiesta infantil, 1868, Ludwig Knaus (1829–1910)
Hace unos 150 años, en algunas regiones de Alemania surgió la celebración Kinderfest.
A los niños se les preparaba un pastel con tantas velas como años cumplían, más una extra que simbolizaba buena suerte y un año más de vida.
El niño podía pedir un deseo en silencio y luego soplar todas las velas de un solo intento para que se cumpliera.
Las velas encendidas también se asociaban a proteger al cumpleañero de malos espíritus.
La costumbre de festejar los cumpleaños con pastel se extendió por todo el mundo gracias a los viajes, la migración y más tarde por el cine y la televisión.
Pastel, licencia CC0/Rawpixel.com
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