¿Sabías que, en diferentes países de América Latina, incluso en distintas regiones de un mismo país, hay muchas formas de referirse a las niñas, los niños y los adolescentes?
Jóvenes indígenas, Mauricio Mireles/FAOAmericas, licencia CC BY-NC-SA 2.0
Hace algunos años viajé a El Salvador. Mientras caminaba por las calles, escuché a una mamá llamar a un par de niños que jugaban a la pelota:
—¡Ey, cipotes, ya es hora de ir a casa!
Me sorprendió mucho la palabra cipotes. Yo nunca la había escuchado, así que investigué qué significa. Descubrí que cipotes o cipotas son formas cariñosas y comunes en El Salvador para referirse a las niñas y los niños pequeños. La curiosidad que sentí me llevó a pensar, ¿cómo se nombra a las infancias en otros países?
Aproveché que tenía de vecina a Lina, llegada de Cartagena, Colombia, y le pregunté cómo llaman allá a las pequeñas y los pequeños. Me contó que las palabras más comunes son mija o mijo, que vienen de "mi hija" o "mi hijo", pero que se usan incluso con personas que no son de la familia. También me dijo que a las y los adolescentes les dicen peladas o pelados.
Joven indígena, Luis Sánchez/FAOAmericas, licencia CC BY-NC-SA 2.0
Luego recordé algo curioso: cuando era niña, mi tía, la Chiquis, tenía un novio que venía de Mar del Plata, Argentina. Cuando me conoció, me llamó pendeja, y todos se sorprendieron un poco porque esa palabra en México es considerada una grosería. Pero ella nos explicó que, en Argentina, no es una mala palabra, que en ocasiones así se refieren a niñas y niños e incluso es una forma cariñosa de hacerlo, aunque la forma más común allá es decir pibas y pibes. En otros lugares de Sudamérica, como Chile y Uruguay también se escuchan palabras como gurises o cabros, cada una con un tono especial y propio.
En México también hay muchas maneras de nombrar a las infancias. Podemos escuchar palabras como escuincles, chavitas, chavitos, chicas, chicos, morras, morros o chilpayates, especialmente para los más pequeños. Y claro, también usamos las palabras más comunes y formales: niñas y niños.
Muchas de las palabras mencionadas tienen raíces en lenguas originarias, por ejemplo, chamaco viene del náhuatl chamahuac o chamacuac, que significa "el que crece" o "el que empieza a madurar". También hay quienes dicen que viene del maya, de chan (pequeño) y maák (persona), formando chanmaák.
Mujeres jóvenes en un mercado en Chichicastenango, Mannheim Reinhard Jahn, licencia CC BY-SA 2.0
Jóvenes chilenos, licencia CC BY-NC-ND 2.0
Niños de Catacaos, Perú, licencia CC BY-NC-ND 2.0
Después de todo lo que he vivido y aprendido, me he dado cuenta de que muchas palabras cambian según el lugar y el tono con el que se dicen, pero aunque nos llamen chamacos, cipotes, pibas, morros o gurises, todas estas palabras nos recuerdan algo muy importante: aunque seamos diferentes, también tenemos mucho en común.
¿Conoces otras formas de nombrar a las niñas, niños y adolescentes?, ¿cuáles son?
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